Las empresas de chatarra de hierro y acero operan con un 70% de inactividad y un bajo volumen de recolección, lo que puede comprometer aún más la vida útil de los vertederos
La eliminación de materiales reciclables en vertederos y vertederos, en lugar de reinsertarse en la cadena de producción de reciclaje, ha estado creciendo desde el comienzo de la crisis del Covid-19, con impactos extremadamente negativos en el medio ambiente. Según el Instituto Nacional de Empresas de Desechos de Hierro y Acero (Inesfa), que representa el segmento responsable del procesamiento y venta de desechos a las acerías, un insumo utilizado en la fabricación de acero, hay una caída del 70% en el suministro del material. -primaria en todo el país, agravando la situación socioambiental, en este período de pandemia y fuerte retracción en la demanda de chatarra ferrosa y producción industrial.
Inesfa reúne un sector compuesto por más de 5.6 mil empresas, lo que garantiza el sustento de 1.5 millones de personas, siendo 800 mil carroñeros.
"Es un gran revés ambiental, que va en contra de todos los avances en la Política Nacional de Residuos Sólidos (PNRS) del Gobierno Federal", dice Clineu Alvarenga, presidente de Inesfa. El sector de la chatarra de hierro y acero, uno de los mayores contribuyentes al éxito de esta política, ha sufrido bajos inventarios para el procesamiento, debido a la retracción
chatarra industrial y obsolescencia, esta última recogida por los recicladores, que abandonan las calles. "Como consecuencia, cuando la población desecha el material reciclable, lo mezcla y lo lleva a los" vertederos ", un problema grave para el medio ambiente", dice.
Alvarenga recuerda que, además de otros sectores que impulsan nuestra economía, la industria automotriz, que está deteniendo la producción, representa el 40% de la generación de chatarra en el país. “Las compañías de chatarra están monitoreando la demanda en el mercado interno y trabajando con pocas existencias, esperando la reanudación completa de la actividad en pequeños almacenes, recolectores, acerías y fundiciones, para expandir la logística de recolección y procesamiento de chatarra.
Incluso las exportaciones, que habían sido una alternativa a las empresas asociadas a Inesfa, con un aumento expresivo del 185% en el primer trimestre, se están viendo afectadas. En abril, el volumen debería ser pequeño, "debido a la retracción en la generación y los problemas para desembarcar en otros países, con puertos cerrados", según Alvarenga.