También conocido como reciclaje de resina, el reciclaje químico es el retorno del plástico (polímero) a su composición primaria (monómero) a través del cambio químico. Este proceso permite que el material previamente inutilizable se transforme en materia prima para su reutilización en la fabricación de nuevos envases plásticos primarios u otros materiales.
Para someterse a reciclaje químico, el plástico se puede disolver con la adición de otras sustancias solventes o con la aplicación de calor. Este tipo de reciclaje también se puede llamar reciclaje terciario. Los procesos que descomponen los polímeros en monómeros son diversos, entre ellos, podemos mencionar algunos: Hidrogenación, gasificación, pirólisis y quimiolisis.
El reciclaje químico es beneficioso para el medio ambiente, ya que ha reducido el gasto de energía utilizado para fabricar los objetos que se utilizarán y evita la acumulación de residuos, no solo al reducir los nuevos residuos, sino también al evitar que se produzcan nuevos materiales, generando nuevos residuos, contaminantes y un mayor consumo de recursos naturales.
Con respecto a otras formas de reciclaje, el reciclaje químico es ventajoso porque permite que diferentes tipos de plásticos con diferentes tipos de contaminantes se mezclen en el mismo proceso que las tintas y los papeles. Además, reduce el costo del pretratamiento, la recolección y la selección, y permite la producción de nuevos plásticos de la misma calidad que el polímero original