El acero es un metal extremadamente resistente y versátil. En nuestro día a día, podemos encontrarlo en varios productos. Además de ser muy útil, el acero es uno de los materiales más reciclados y reciclables del mundo. Desde el embalaje hasta los componentes de equipos grandes, esta materia prima se puede reutilizar infinitamente, en un proceso que, además de garantizar beneficios para el medio ambiente, es más económico y ventajoso que el utilizado en su creación original.
El proceso de reciclaje de acero se realiza de la siguiente manera: primero, los desechos deben separarse mediante la recolección selectiva de desechos, la separación manual o electromagnética. Luego, la chatarra se presiona en fardos para facilitar y optimizar el transporte a las acerías.
Después de llegar a las plantas, la chatarra se somete a altas temperaturas dentro de los hornos, hasta que alcanza su punto de fusión, alcanzando así su estado líquido. El material líquido se puede conformar en varias formas.
Debido a que es un proceso extremadamente ventajoso, las industrias que utilizan el acero como materia prima principal fomentan la recolección y el reciclaje del producto. Los proyectos en asociación con organizaciones han promovido la recolección y reutilización de estos materiales, contribuyendo a la generación de ingresos para las familias y la preservación de la naturaleza.
Actualmente, el acero es el material más reciclado del mundo, dice Cristina Yuan, del Instituto Brasileño del Acero. Sin embargo, no hay acciones gubernamentales al respecto. Sería muy bienvenida la adopción de medidas de estímulo, tales como deducciones de impuestos y políticas para la renovación de la flota de vehículos y para la disposición adecuada de los electrodomésticos (utilizando productos antiguos basados en el intercambio por otros nuevos).